Si quieres pasar un buen día en la montaña, en Cataluña tienes infinidad de opciones para disfrutar de la naturaleza y recrear tu vista con paisajes espectaculares. Si además te gusta la fotografía, ni te cuento las instantáneas que te puedes llevar a tu casa.
En esta ocasión, optamos por ir al Parque Natural de Montseny. Además de ser Reserva Mundial de la Biosfera, es el más antiguo de los 11 parques naturales con los que cuenta la región. Está situado en la Cordillera Prelitoral Catalana y alberga el macizo de El Montseny, el más elevado de la cordillera. Si vas desde Barcelona, llegas en coche en poco más de media hora.
De Can Cassades al embalse de Santa Fe
Lo primero que hicimos fue una excursión al Pantano de Santa Fe. El recorrido es de una hora y está señalizado. Hay un centro de información turística en el punto de partida por si quieres algún folleto con información del parque y datos sobre su vegetación, fauna y otras curiosidades.
Nada más poner los pies en el suelo, respirar el aire puro de la montaña y echar una primera ojeada a tu alrededor, te das cuenta de que estás en un lugar con una belleza singular. El camino al pantano está rodeado por una vegetación muy frondosa. En la foto, dos de las tres secuoyas que se encuentran al comienzo de la excursión.
Es sosiego, tranquilidad y paz. Un contacto directo con la naturaleza lejos del mundanal ruido, el tráfico o el estrés.
Un lugar para disfrutar en familia, en pareja, con hijos o con perros. Desde luego es la mejor escuela para que los niños aprendan a amar la naturaleza e inculcarles valores como el respeto. Y hablando de respeto, algo maravilloso que he descubierto relativamente hace poco, es que en la montaña la gente te saluda y te desea un buen día con una sonrisa en la cara.
En una media hora llegamos al pantano. El paisaje que rodea al embalse es una maravilla.
Bordeamos el pantano y pusimos rumbo al coche de nuevo. No sin antes deleitarnos con este paraje espectacular.
A la vuelta paramos en un restaurante que hay a pie de carretera a reponer fuerzas que las íbamos a necesitar para la siguiente ruta: Matagalls. Y qué mejor que una butifarra para saborear la gastronomía de la región y cargar las pilas.
Ruta del Matagalls
Recorrido: Coll de Sant Marçal – Matagalls
Distancia: 7.600 m (ida y vuelta)
Duración: Unas 3 horas
Dificultad: Media
Cómo llegar
Para llegar desde Barcelona cogemos la AP7 dirección Girona. Nos salimos de la AP7 en la salida 11 – Sant Celoni. Una vez en Sant Celoni hay que seguir las indicaciones a Campins y Santa Fe del Montseny, que se encuentra a unos 18 Km. El parking de Sant Marçal está a unos 7,5 km de Santa Fe del Montseny, y es ahí donde empieza la ascensión.
Diez minutos en coche después dejamos el coche en el Coll de Sant Marçal y desde ahí comenzamos la ruta del Matagalls.
Son aproximadamente ocho kilómetros de ida y vuelta. Y unas tres horas y cuarenta minutos de excursión, al menos eso es lo que tardamos nosotros. La ascensión es dura pero se ve recompensada con los paisajes que te encuentras por el camino.
¡Kika, la perrita, se portó muy bien!
Una hora y cuarto de camino después, la densidad del bosque dio paso a un llano verde, el Coll Pregon, donde aprovechamos para recuperar un poco el aliento.
Casi en el centro hay un monolito dedicado al violonchelista Pau Casals.
Tras el Coll Pregon, nos adentramos en el último hayedo. Ya estábamos más cerca de la cumbre. Sin ir más lejos, nuestro objetivo aguardaba tras este monte.
Y, por fin, llegamos a la cumbre del Matagalls, con sus 1697 metros de altitud y unas vistas espectaculares.
La cruz que vemos data del año 1840 y se atribuye al padre Claret.
Y la satisfacción de conseguir un reto no te la quita nadie. Estoy escribiendo con agujetas pero feliz, sobre todo al ver las fotos y recordar la alegría que sentimos al alcanzar la cima. La bajada se hace en algo más de una hora y es durilla porque las rodillas se resienten. Excursión 100% recomendable.